¿Y cómo consigo empleo en Cartagena?

No hay una fórmula mágica, pero sí unos buenos pasos previos que a muchos les han funcionado. Freddy Anaya y su equipo llevan varios años integrando a vecinos de Ciudad del Bicentenario en el mercado laboral de la ciudad. Tienen recomendaciones útiles para quienes buscan empleo, especialmente los más jóvenes, a quienes el desconocimiento y la inexperiencia les pueden jugar malas pasadas.

Estos consejos se basan plenamente en lo que ese equipo ha visto en estos años en los procesos de empleabilidad y formación para nuestro barrio. Son pues, una guía adaptada a nuestras necesidades y a las fallas más frecuentes.

Antes de la entrevista

  • Hoja de vida: “Los postulantes deben saber que el perfil que muestra la hoja de vida es el suyo, que así es cómo se van a vender frente a las empresas, por lo tanto en él deben ir todas sus capacidades. Muchas veces la información está incompleta o tienen una que no corresponde a su perfil”, explica Freddy. 

La elaboración de la hoja de vida requiere su tiempo. Debe ser tan propia como la cédula de ciudadanía, en el sentido de que sólo contenga la información que le corresponda a uno. El primer pecado capital es copiar una de internet y cambiarle algunos datos.

En los procesos de selección esa hoja de vida es el primer filtro y es la única que puede hablar por el postulante antes de cualquier entrevista o prueba psicotécnica. En general, se suelen preferir hojas de vida que resuman en una o máximo dos páginas las capacidades fundamentales, la experiencia, la formación y los datos de contacto. Hay que pensar en esto: para un mismo empleo se presentan decenas o cientos de personas. Las hojas de vida quedan o se descartan incluso en cuestión de segundos pues los psicólogos y reclutadores llevan años afinando la mirada y el olfato profesional.

Ahí, en la mesa del evaluador, la competencia es feroz y solo la libran esas hojas de papel: una hoja de vida visualmente limpia, con la información precisa y clara suele pasar, mientras que una con errores de ortografía, confusa o con una foto que no corresponda pasa al montón de las descartadas.

  • Certificaciones de los trabajos previos: No basta con mencionar la experiencia en la hoja de vida, hay que demostrarla. Muchos pueden haber laborado en algo, pero al terminar ese trabajo no pidieron su certificación y eso les resta puntos. A veces la empresa puede cambiar de sede o simplemente cerrar, y luego no hay forma de encontrar esa acreditación. 
  • Es importante evitar incluir varios perfiles: “pensando que eso les va a dar más opciones laborales; si esas capacidades no se complementan, es difícil que sean escogidos. Por ejemplo, un carpintero que tiene un curso mecánica de aviación, otro de natación y uno de pintura, cree que está súper preparado, pero al momento de presentar su hoja de vida no se encuentra una relación directa entre todas esas capacidades y el empleo ofrecido: ahí su perfil se vuelve poco atractivo”, explica Freddy.

“Para superar lo anterior, recomendamos que creen su hoja de vida de acuerdo a cada perfil: si eres docente y también comercial, haz una hoja de vida con tu experiencia de docencia y otra con tu experiencia en el área comercial”, complementa.

  • La fotografía: es importante contar con una buena imagen, preferiblemente fondo azul o blanco, demostrar pulcritud y orden en la presentación. Una buena postura, buen peinado, ropa limpia y formal ayudan mucho. “Ahora no es un requisito obligatorio, pero al comienzo de nuestra gestión el tema de la foto todavía estaba ahí: hubo casos en los que colocaban una en la que estaban bailando o con botellas de alcohol al fondo. La lectura que realizará el psicólogo de la empresa, en casos como esos, no será nada positiva”, señala Freddy. 
  • Correo electrónico: es necesario contar con una dirección que muestre seriedad. Se recomienda usar nombres y apellidos reales: laconejaloca@ o eldienteflojo@ no son correos que llamen a la confianza. Si hace falta, hay que crear un correo específico para el tema de empleo. Es fácil y gratuito. 
  • Datos de contacto: deben estar en la primera página, bastante visibles. Teléfono y correo electrónico son los dos fundamentales. Puede haber un segundo teléfono, para asegurarse. Si se pone el de la casa o el de un familiar hay que asegurarse de que ellos sepan que se está esperando una llamada de trabajo y que colaboren en ese sentido.

En la entrevista

  • Presentación personal: Nuestra ropa no tiene por qué ser cara ni ostentosa, pero sí se recomienda mostrar pulcritud y orden. Por ejemplo: hay que evitar llevar la camisa por fuera, tenis de colores, peinados o cortes que comuniquen desorden. Al final, la primera impresión es la más importante e influye mucho en el proceso de selección. Quizás en otras culturas laborales no sea tan importante, pero en general en la nuestra es un factor que todavía pesa. 
  • Controlar los nervios en las entrevistas: “Por lo general, los muchachos se ponen muy nerviosos y comenten errores que deben evitarse como las malas expresiones, repetición de palabras o frases coloquiales”, explica Freddy. No es lo mismo hablar con un psicólogo o un reclutador que con el amigo de la esquina: son contextos distintos y a cada uno le corresponde sus propias expresiones y lenguaje.
  • El lenguaje no verbal es muy importante en la entrevista: una postura insegura o un mal gesto -como de desagrado o aburrimiento- comunican tanto o más que las propias palabras. No se trata de estar inmovil e inexpresivo, como un robot, sino de transmitir al entrevistador nuestra experiencia, lo que sabemos y lo que no, de una manera tranquila y sencilla.
  • Responder de manera clara a cada pregunta. Un error común, quizás por el mismo nerviosismo o por el ‘acelere’ es no escuchar qué es exactamente lo que nos están preguntando. ¿La consecuencia?: irse por las ramas, explayarse demasiado o simplemente no contestar lo que se está preguntando. 

Es importante prepararse para escuchar atentamente. Las respuestas no tienen por qué ser monosilábicas, de sí o no, o siempre cortas. El objetivo es contestar lo que se preguntó y si es del caso agregar información relevante. Por ejemplo: –Sí, tengo tres años de experiencia en manejo de archivo, dos de ellos en Maderas Universal, con el tema de facturación– o –No, señor, no tengo experiencia específica pero suelo ser muy organizado, manejo lo básico de Excel y puedo aprender rápido–.

Exámenes y pruebas psicotécnicas

  • Preguntar sin miedo: “A la hora de realizar estas pruebas notamos que los jóvenes tenían muchas dificultades, el miedo les ganaba; es necesario dejar la timidez a un lado y atreverse a preguntar a la persona a cargo en caso de no entender la metodología”, señala Freddy. 
  • Familiarizarse. No todas las pruebas psicotécnicas son iguales, pues se miden aspectos y habilidades distintas. En lo posible, averigüar previamente cuál es el tipo de prueba. El equipo de Freddy ha organizado simulacros para acercar a los postulantes a la experiencia real. “El resultado fue positivo, se animaban a preguntar y lograban entender con mayor facilidad; cuando venía la prueba real estaban menos tensos: eso les hacía tener un mejor desempeño”. 
  • Tranquilidad ante todo. Hay algunas pruebas que tienen un componente de presión como tener un tiempo muy limitado para las respuestas. En todo caso hay que mantener la serenidad pues los nervios no ayudan en nada.
  • Primero lo que se sabe. Si la prueba es de conocimientos y se puede contestar en el orden que uno quiera, la recomendación de los expertos es comenzar siempre por las respuestas que uno sabe e ir avanzando hacia las que parecen más complejas o cuya respuesta desconocemos. 

La formación permanente

Se trata de pensar no solamente en los procesos de selección sino en todo el tiempo con el que contamos para formarnos sin depender si hay un empleo a la vista. No todo depende de un título o diploma. La formación personal y las iniciativas por cuenta propia o la participación en proyectos sociales y comunitarios son cada vez mejor vistos por los reclutadores, pues hablan de personas responsables consigo mismas y con su comunidad o equipo. 

“Hay acciones transversales que nos permiten vincular laboralmente a la comunidad. Las oportunidades laborales aumentan si tienes competencias y conocimientos. Por esa razón, los jóvenes deben conocer la importancia de continuar sus estudios, que sepan que el sueño no termina en el bachillerato, sino que también hay oportunidad de ingresar a carreras técnicas, tecnológicas o universitarias; deben aprender a identificar dónde están esas oportunidades de formación y a conocer las opciones que les da el mercado laboral”. 

  • Idiomas: “El inglés es un tema infravalorado en la comunidad. Actualmente están solicitando cien personas para iniciar un proceso de formación y no logramos llenar esos cupos. Las personas no son conscientes de la importancia de saber un segundo idioma en una ciudad turística como esta. Esa es una debilidad, un campo laboral que se está desaprovechando; hace falta mayor interés y compromiso en esa área” dice Freddy.

Para aprender inglés no se debe esperar a estudiarlo formalmente en una institución presencial, que es una oportunidad valiosa, pero no el único camino. De hecho el solo ir a esas clases no garantiza un aprendizaje suficiente. Es mucho lo que se puede practicar y avanzar por cuenta propia aprovechando las oportunidades digitales o a distancia. Los cursos del SENA son gratuitos, así como muchos otros recursos en la web. Y, por supuesto, está el esfuerzo personal de ver contenidos en función de aprender y practicar otro idioma.

  • Formarse por vocación: “Otro de nuestros hallazgos es que, muchas veces, las personas no se forman por vocación, sino por estudiar lo que sea, sin ser conscientes de las oportunidades laborales que tiene esa carrera. Lo anterior nos indica que quizás no hay un proyecto establecido. El problema es que dejan de lado sus gustos y lo que los hace felices y más adelante terminan abandonando los estudios o trabajando en algo porque sí o solo por el sueldo. Es muy importante que lo que decidas hacer te guste y que esté en armonía con tus capacidades. En el proceso de habilidades sociales tratamos de identificar esas fortalezas e intereses para lograr acercarlos a su proyecto de vida”, argumenta Freddy. 

Más información

Freddy Anaya 

Coordinador del área de oferta y demanda

Fundación Santo Domingo

Macroproyecto Ciudad del Bicentenario

316 509 67 93

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Bicentenario

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