SIETE CARRERAS TÉCNICAS QUE REQUIERE CARTAGENA

El programa Proyectarse fortaleció su oferta en este 2023 para que más jóvenes y mujeres puedan integrarse al mercado laboral de la ciudad. Para ello se escogieron las siete carreras con mayor potencial.

Freddy Anaya es el Coordinador de Desarrollo Económico de la Fundación Santo Domingo. Proyectarse es una de sus principales responsabilidades. El año pasado, por ejemplo, su equipo en alianza con Camacol gestaron un exitoso programa para formar a mujeres en el sector de la construcción.

Para 2023 el Área de Desarrollo Económico decidió hacer un enfoque en los grupos poblacionales menos favorecidos en temas de empleo: mujeres y jóvenes.

Identificaron siete carreras técnicas que hoy demandan trabajadores en la ciudad. Esas carreras piden haber estudiado hasta noveno grado, lo que amplía las posibilidades de quienes suspendieron estudios antes de terminar bachillerato. Por otra parte se enfocaron en el tema del inglés para el sector turístico, que abordamos en una edición previa.

“Muchos jóvenes a veces estudian por impulso, por carreras que estén de moda o que ellos creen que dan plata, sin saber ni siquiera su contenido temático. Al final, una vez inician y no les gusta, desertan; y si terminan, como esa carrera no tiene un mercado, se frustran porque no pueden vincularse laboralmente”, explica Freddy.

También está el punto de que muchos, por inercia, piensan solo en las carreras profesionales, sin revisar si hay una carrera técnica que les dé una salida laboral más rápida y al mismo tiempo sean un peldaño para seguir luego los estudios técnicos o incluso en una universidad que les convaliden las asignaturas ya vistas.

“El proyecto está pensado para dos años, el primero de preparación y el segundo para ver cómo se comporta la vinculación laboral. La primera parte de este año hicimos la socialización por carrera y la convocatoria. Vimos una gran receptividad, principalmente entre los jóvenes. Aunque inicialmente estaba pensado para Bicentenario, lo extendimos a Villas de Aranjuez, Flor del Campo y Colombiatón; incluso tenemos personas de El Pozón estudiando”, amplia Freddy.

El curso es totalmente gratuito, salvo si el estudiante se retira; entonces sí le toca pagarlo. Eso garantiza el compromiso de los seleccionados. Salvo enfermería, en la Institución Educativa Monte Sinaí, el resto de carreras se estudian en la Corporación Elyon Yireh. Los estudios comenzaron en el segundo semestre y terminan en junio de 2024. 

“Pensamos que el transporte podía ser una dificultad, pero todos han buscado cómo solucionar y llegan a sus clases. Además se han unido como territorio: muchos jóvenes no se conocían de acá porque el barrio es muy grande, pero coincidieron en las carreras y ahora son amigos”, describe Freddy.

“Yo destaco mucho los talentos que hemos identificado aquí en Bicentenario, que de pronto no habíamos notado; cómo esos jóvenes se están esforzando para ser responsables y excelentes, con una actitud no solo de pasar las materias sino de hacerlo lo mejor posible. Vemos la alegría con que vienen y cómo se sienten, con un futuro diferente, que están ocupados y se sienten comprometidos”, remata Freddy

  1. Operador de supermercado (3 en 1)

Para todos es evidente un gran cambio en el sector retail: grandes marcas como D1, Ara o Ísimo entran cada vez más a los barrios y conviven en paralelo con las grandes superficies como el Éxito, Megatiendas o la Olímpica, que tienden a ubicarse en vías principales y también siguen necesitando personal.

Esta fue la carrera más demandada, con cincuenta jóvenes seleccionados, que obligaron a abrir un segundo grupo pues el primero había sido calculado sólo para veinte.

Los participantes se preparan en tres habilidades: caja registradora; mercadeo, atención al cliente e impulso de productos; y logística de supermercados. Eso es lo que pide el sector, incluidas las marcas comerciales que suelen hacer muestras de sus productos en los supermercados, contratando su propio personal.

Tatiana Gazabón Castro vive desde hace doce años en las casas amarillas de un piso. Tiene 27 años y una hija. Estudia para operaria en supermercado en el Elyon Yireh. “Llegué a esta carrera porque sigo la página de la Fundación Santo Domingo; cuando publicaron esta fue la que me interesó. Me acerqué allí y Jesús del Toro me asesoró más sobre la carrera y el proceso para ingresar”. 

“Conmigo entramos veintidós personas; estudiamos de martes y jueves de una a cuatro de la tarde. Ya vamos por el tercer módulo -de caja manual-. Cada módulo consta de siete clases. Hemos visto servicio al cliente, cómo manejar las cajas, los tipos de cliente, algo de logística y cómo organizar y arreglar productos”. 

“Lo que me ha gustado más es la caja registradora y servicio al cliente. La idea es que terminemos y de inmediato hacer las prácticas. El hecho de que están abriendo muchos almacenes fue la base para escoger esa carrera porque tiene bastante demanda”.

  1. Auxiliar de enfermería

“El perfil de auxiliar de enfermería siempre tiene un mercado local”, dice Freddy. La estudian más las mujeres, pero no hay ningún impedimento para que lo hagan hombres. Se estudia de lunes a viernes en la jornada de la mañana. 

En Europa y Estados Unidos los perfiles del área de la salud son muy demandados y bien pagos, pero requieren la formación técnica y el idioma. En Proyectarse tuvo mucha demanda, principalmente de mujeres.

Amanda Isabel Alvear Carrillo, de dieciocho años, vive desde hace diez en las torres de Bicentenario 

“Siempre me ha gustado todo lo que tiene que ver con salud y brindar el servicio. Estaba decidida a estudiar psicología, pero tuve una experiencia como auxiliar de enfermería y me gustó. Además la universidad es costosa. Pensé en empezar a escalar comenzando desde la carrera técnica”.

“Conmigo había más de treinta personas y quedamos seleccionadas unas quince. Llevamos tres meses de formación y hemos visto los derechos y deberes del paciente, la ley que nos acoge, signos vitales, enfermedades, administración de medicamentos, apoyo diagnóstico y  cuidados básicos de una persona”. 

“Me veo trabajando en enfermería y haciendo la carrera universitaria de enfermera jefe; más que por la profesión o el ingreso económico, esto se trata de vocación”. 

“Las compañeras que quedamos hablamos todas, nos reunimos a veces por fuera de clases y a veces compartimos el viaje de ida o regreso. Las clases comienzan a las siete de la mañana y se acaban a la una de la tarde todos los días; nos dejan tareas, talleres y exposiciones. Siempre estamos ocupadas en eso, repasando y preparándonos para exámenes porque avanzamos muy rápido. En pocas semanas comenzaremos las prácticas”.

  1. Sector logístico portuario 

Muy demandado en la ciudad, no solo por sus puertos sino también por las bodegas, como está pasando en el resto del mundo por el auge del comercio electrónico.

El título significa obtener una licencia de montacarga hasta cierto tonelaje. Para montacargas de más capacidad se van tomando nuevos cursos hasta llegar al manejo de los containers. Las clases van de martes a jueves.

Mairon David Moreno Anaya, de 21 años, se graduó del Jorge García Usta (La Salle) en el año 2020.

“El proceso fue bastante democrático. En mi área se presentaron como unos treinta jóvenes, pero fuimos elegidos veinticinco que ahora somos como un solo grupo, nos hemos acoplado al sistema de la universidad y algunas veces nos juntamos para pasar el rato. Todos somos hombres; parece que la carrera no le llama mucho la atención a las mujeres, pero esta es una oportunidad sin importar el género. Porque ser operador de montacarga es más un asunto de técnica que de fuerza”, explica Mairon.

“En primer semestre estamos estudiando sobre equipos de protección personal, cómo manejar el montacarga o cómo asegurar la estiba: lo básico y teórico. En un montacarga nos hemos montado dos veces, pero luego viene la práctica completa hasta dominarlos”.

“Para mí es una escalera para donde quiero llegar: estudiar administración naviera y portuaria, que es bastante pedida internacionalmente, como en España. Y si no es allá haría unos cursos de inglés avanzado. Aquí igualmente nos exigen un curso de inglés técnico para los comandos del montacarga y porque, aún siendo en Cartagena, hay que estar en contacto con la gente extranjera que viene en los barcos”.

  1. Mesa y bar 

Por supuesto relacionado con la fortaleza turística de Cartagena, pero también con el amplio número de locales para atender a la clientela cartagenera. Los veinticinco aprendices se forman en habilidades como mesero, bartender (el servicio de preparar bebidas y atender la barra del bar) y servicio al cliente.

  1. Recepción y gestión hotelera 

Por supuesto, la demanda está en el elevado número de hoteles y alojamientos turísticos en la ciudad. La están estudiando veinticinco personas del programa.

Un técnico en recepción y gestión hotelera está capacitado para hacer reservaciones de habitaciones; registrar la llegada de huéspedes y asignar habitaciones; responder por correo, telefónica o personalmente a las solicitudes de información sobre los servicios y registros en el hotel; atender los reclamos de los huéspedes; recopilar y controlar diariamente las hojas de registro, cuentas de huéspedes, recibos y comprobantes, utilizando un sistema manual o computarizado; presentar los estados de cuenta a la salida de los huéspedes y recibir pagos.

  1. Auxiliar de farmacia

Como los supermercados, está creciendo el número de farmacias en los barrios. Los quince aprendices se forman en facturación en salud, asistente de droguería y principios de farmacología.

  1. Primera infancia

Las diez aprendices se están formando en el cuidado integral a los niños y niñas de cero a seis años, para estimular su desarrollo, crecimiento intelectual, físico y social en los diferentes centros de cuidado infantil, guarderías, jardines y hogares comunitarios o particulares.

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Soy Bicentenario 2023

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