LOS SUEÑOS VUELAN

Los vientos de agosto le traen a nuestros niños la posibilidad de construir uno de los recuerdos más duraderos de nuestra cultura Caribe: dejar volar los barriletes y con ellos sus sueños de futuro y bienestar.

En la Biblioteca de Bicentenario se juntaron los niños y niñas con la energía de Cultura Salvavidas -el colectivo de rap al que le dedicamos otro artículo en esta edición-, el apoyo de la Fundación Santo Domingo y el entusiasmo de Orlando González. 

Orlando es tecnólogo en biblioteca, licenciado en ciencias sociales y comunicador social. Desde noviembre del año pasado coordina la biblioteca, desde la que ha impulsado la idea de que la comunidad se apropie de los espacios. 

“Este año coincidimos en querer hacer esto: le pedí a la Fundación Santo Domingo hacer los talleres de barrilete en la biblioteca, ponernos a la cabeza con Primera Corona y Voces Music, de Cultura Salvavidas, mientras que la Fundación aportó todos los materiales”, explica. 

En años anteriores la coordinación de este espacio estuvo a cargo de la Junta de Acción Comunal y de Casa Cultural, que contribuyeron a convertirlo en uno de los eventos más tradicionales para los niños de nuestro Megabarrio.

El resultado fue que este año más de trescientos niños y niñas acudieron, en tres jornadas de mañana y tarde. En la infancia de la generación de Orlando, los barriletes se hacían con caña, pero como ahora hay consciencia de no cortar las especies nativas, improvisaron con palitos para chuzos, que funcionaron igual de bien.

“Lo importante es el rescate de esa tradición del barrilete y la cometa, que es ancestral y que todos conocemos desde niños. Y mediante ese rescate, ver también la alegría de los niños, el agradecimiento que nos dan con una sonrisa. Para nosotros eso es mucho”, afirma Orlando.

“Mi ilusión es convertir la biblioteca en el centro cultural que necesita esta zona, porque no lo hay. Que utilicen los espacios después de seis de la tarde, que los jóvenes puedan hacer sus presentaciones en una tarima; que junto con los niños puedan venir los fines de semana a practicar en un espacio seguro -porque aquí hay vigilancia- su música, su danza y las artes que deseen”, afirma Orlando.

Orlando quiere continuar al frente de la biblioteca, pero depende de la contratación distrital. En cualquier caso confía en que la comunidad se apropie del espacio y lo sienta suyo, no solo como algo que funciona en horas de oficina, por cuenta de una entidad externa; que sea un espacio vivo, comunitario y creativo. Los talleres para el festival de cometas fueron una muestra de lo que puede ser.

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Soy Bicentenario 2023

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