MUCHO MÁS QUE NUESTRO TERCER MEGACOLEGIO
Un colegio de puertas abiertas, que sirva más allá de la jornada y los cronogramas escolares, para que toda la comunidad se beneficie de él. Así es el concepto con el que se empezó a construir en noviembre pasado la Institución Educativa Villas de Aranjuez, el tercero de Ciudad del Bicentenario.
La idea es simple, directa y opera en distintas partes del mundo: ¿qué tal si aprovechamos las instalaciones de una escuela para toda la comunidad, los 365 días del año, de la mañana hasta la noche? Al fin y al cabo es una inversión social grande, que puede generar muchos beneficios más allá del propósito original. En algunos sitios los adultos van a clases en las noches o los fines de semana; en otros hay programación cultural permanente; en otros, el colegio está mucho más integrado al espacio público, de manera que se generan plazas o espacios de circulación y zonas de juegos útiles más allá de la jornada escolar.
Es temprano para decir cuál será el modelo exacto de esta nueva institución educativa, pues esos usos más allá del académico tienen su dinámica propia. Pero los ejemplos anteriores dejan entrever la intención con la que el 25 de noviembre pasado se puso la primera piedra de esta construcción.
Todos de acuerdo
La Fundación Pies Descalzos, creada en 1997 por la cantante colombiana Shakira, ya opera bajo la lógica de “Escuela de puertas abiertas” en algunos de sus colegios en Cartagena, Barranquilla, Quibdó y Soacha, con una población de unos 80 mil beneficiarios. Pies Descalzos es parte de la alianza a cuatro manos para sacar adelante esta iniciativa. Las otras tres son la Nación, el Distrito y la Fundación Santo Domingo, quienes se juntaron ese día de puesta en marcha simbólica.
“Este colegio garantizará las mejores condiciones de calidad para que nuestros estudiantes puedan disfrutar de la jornada única y accedan a espacios modernos y adaptados a las condiciones geográficas de esta región”, dijo ese día la Ministra de Educación, María Victoria Angulo.
Juan Andrés Lemus, directivo de Pies Descalzos explicó que la estrategia de ‘Escuela de puertas abiertas’ va más allá de la tipología común de un colegio y busca “actuar como una red de centros multifuncionales de desarrollo y potenciación de la comunidad como equipamiento integral”.
Finalmente, Adriana González, la gerente del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa -del gobierno nacional-, dio más detalles: “con un centro comunitario, un campo de deportes, una biblioteca pública y un auditorio para múltiples usos y eventos, la institución educativa sirve como un espacio vital más allá de las horas lectivas, para el aprendizaje permanente, la adquisición de habilidades profesionales, los deportes, y la integración social”.
La Fundación Santo Domingo y la Fundación Pies Descalzos aportaron además los estudios y diseños arquitectónicos, estructurales, geotécnicos y topográficos del proyecto. “Estamos seguros de que, con esta nueva obra de infraestructura para Ciudad del Bicentenario, el macroproyecto de vivienda de interés social más grande del país, y para la población de Villas de Aranjuez, generaremos más oportunidades y contribuiremos a la movilidad social, la equidad y el desarrollo económico de Cartagena”, afirmó José Francisco Aguirre, el director ejecutivo de la Fundación Santo Domingo.
Lo que viene
David Rojas, gerente técnico de la Fundación Santo Domingo, nos explica más detalles de la obra. Comienza con una noticia muy positiva: más adelante vendrá un nuevo Centro de Desarrollo Infantil -CDI- con un diseño que lo integra espacialmente al nuevo colegio. Será el tercero en Ciudad del Bicentenario.
“El Centro Educativo Villas De Aranjuez es un edificio escolar replicable, enfocado en la consolidación de la comunidad local. Con la combinación de dos instituciones diferentes – una escuela y un CDI- en un solo diseño, la escuela beneficiará inicialmente a 1160 niños y 50 miembros del personal cada año, desde la educación infantil hasta los estudios de primaria y secundaria”, explica.
Aunque integradas en diseño, el colegio y el CDI serán entidades autónomas en todos sus aspectos físicos, de servicios públicos y de operador. Lo que seguramente ocurrirá es que muchos niños desarrollen toda su vida escolar, desde la primera infancia hasta el bachillerato en ese mismo entorno, con los beneficios que eso trae.
El diseño, explica David, fue desarrollado en conjunto por la Fundación Santo Domingo, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich -más conocida como ETH Zúrich- y la Universidad Pontifica Bolivariana de Medellín. “Lo concebimos como un espacio de actividades colectivas para la educación, el encuentro de la comunidad y la construcción de un futuro mejor para sus habitantes. Un campus de estudio y aprendizaje conformado por elementos tradicionales de la arquitectura del caribe colombiano: zaguanes, patios y corredores que articulan los recorridos, las aulas de clase, las zonas de servicios y las áreas administrativas”, dice David.
En cifras
IRIS ROCHA – Por una infancia feliz
Cuando trabajaba en Prociencia, mi zona era Bicentenario. Siempre que pasaba en la buseta veía una construcción y me preguntaba: ¿Qué van a hacer ahí? Hasta que un día me enteré que era un Centro de Desarrollo Infantil y me dije —Ojalá tuviera la oportunidad de trabajar ahí algún día—”.
CONJUNTO ABIERTO
Vivir en una casa propia, en un conjunto cerrado, con seguridad permanente y pagando solo una fracción del arriendo es una aspiración de muchos. En la segunda etapa de Parques de Bolívar casi quinientas familias están comenzando a vivir en esa nueva realidad, que también trae sus propios retos.
LAS TORRES – Un reto colectivo
En las 28 torres en el núcleo de Ciudad del Bicentenario, que habitan 448 familias, el paso a una vida comunitaria ha significado unos grandes desafíos en la convivencia, la administración y el manejo de los espacios y bienes comunes.
ROINER RODRÍGUEZ – Pilo entre los pilos
La pregunta final del concurso de historia para estudiantes de toda Cartagena era cuánto ganaban al día los artesanos en la Colonia. Roiner, del colegio público Jorge García Usta, en Ciudad del Bicentenario, tenía al frente al otro finalista, William Dávila Castro, del Colegio Británico, uno de los privados más prestigiosos de la ciudad.
LUISA ESPINOZA NARVAEZ – La abuela comunitaria
Es una mujer caribe de las de trato suave y buenas maneras siempre. Se tardó en tener hijos, pero los nietos le llegaron a raudales: los propios y los que la vida le ha traído. Y en Ciudad del Bicentenario sí que le han llegado muchos.
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