{"id":95,"date":"2021-11-01T21:02:00","date_gmt":"2021-11-02T02:32:00","guid":{"rendered":"https:\/\/soybicentenario.com\/?p=95"},"modified":"2022-03-10T11:30:12","modified_gmt":"2022-03-10T17:00:12","slug":"nuestros-origenes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/soybicentenario.com\/edicion-revista-1\/nuestros-origenes\/","title":{"rendered":"NUESTROS OR\u00cdGENES"},"content":{"rendered":"\n
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Ciudad del Bicentenario es el macroproyecto de vivienda de inter\u00e9s social m\u00e1s grande de los nueve que hay en el pa\u00eds. Ha sido un reto urban\u00edstico, pero tambi\u00e9n un reto social. \u00bfC\u00f3mo se gest\u00f3 y c\u00f3mo fueron los comienzos? \u00bfQu\u00e9 memoria guardan sus primeros habitantes de aquellos d\u00edas en que no solo estrenaban una casa, sino tambi\u00e9n una nueva vida y una nueva ciudad dentro de la ciudad?<\/p>\n\n\n\n

Los macroproyectos de vivienda de inter\u00e9s social nacional surgieron como un mecanismo para darles vivienda digna a las poblaciones m\u00e1s vulnerables y ayudar a bajar el d\u00e9ficit de vivienda del pa\u00eds. Por definici\u00f3n son casi una urbe por s\u00ed mismos. Sin embargo, al pasar por la Corte Constitucional no se los autoriz\u00f3 porque exced\u00edan las competencias de los municipios con sus Planes de Ordenamiento Territorial. Pero, eso s\u00ed, dej\u00f3 en pie a los nueve que hab\u00edan comenzado.<\/p>\n\n\n\n

El nombre original del macroproyecto era Pedro Romero, por el h\u00e9roe popular de nuestra Independencia. Pero en el proceso el Distrito surgi\u00f3 la idea de celebrar los dos siglos de Independencia con el nombre que ahora ostentamos.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

Se requer\u00eda un terreno realmente grande. La Fundaci\u00f3n Santo Domingo empez\u00f3 a buscarlo hacia el a\u00f1o 2008, con escaso \u00e9xito porque la tierra en Cartagena es muy costosa. El ingeniero Gustavo Adolfo Contreras, ha desempe\u00f1ado diversos cargos en la Fundaci\u00f3n, incluido Villas de San Pablo, en Barranquilla, el otro macroproyecto impulsado por esta instituci\u00f3n, y estuvo desde el comienzo en este macroproyecto.<\/p>\n\n\n\n

\u201cNo se encontraba la cantidad de tierra necesaria y amplia y que tuviera la cobertura de los servicios p\u00fablicos para darle cabida a la gran cantidad de viviendas que se iban a construir. Y tambi\u00e9n al componente de infraestructura social, los colegios, los hospitales, los parques, los espacios p\u00fablicos y dem\u00e1s. Despu\u00e9s de una intensa b\u00fasqueda se adquirieron trescientos ochenta y ocho hect\u00e1reas, en el l\u00edmite entre lo urbano y lo rural, pero que justo alcanzaban a ser cubiertas por el Plan Parcial\u201d, recuerda Gustavo.<\/p>\n\n\n\n

\u201cEl primer bulldozer entr\u00f3 en abril de 2009, para hacer el carreteable de acceso a esas tierras, destinadas a actividades agropecuarias. Nos apoyaron muchas instituciones, entre ellas la Universidad Tecnol\u00f3gica de Bol\u00edvar, en la parte de interventor\u00eda y en los dise\u00f1os de ingenier\u00eda, redes hidr\u00e1ulicas, sanitarias y el\u00e9ctricas\u201d.<\/p>\n\n\n\n

El primer grupo de habitantes fueron las 230 familias a las que el Distrito les aprob\u00f3 el subsidio de vivienda, en diciembre de 2010.<\/p>\n\n\n\n

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\u201cUno como ingeniero y profesional se enfrasca mucho en la parte t\u00e9cnica, pero cuando se van a entregar las casas uno siente una emoci\u00f3n y una motivaci\u00f3n indescriptibles. Esos no eran tiempos de pandemia: los vecinos se acercaban y te daban el abrazo y el beso. Cada persona tiene su propia historia; uno se hace amigo de ellos; nos cuentan sus an\u00e9cdotas; reciben esa vivienda con tanta alegr\u00eda, d\u00e1ndole gracias a Dios, y son cosas que uno como persona le llegan al sentimiento\u201d, recuerda Gustavo.<\/p>\n<\/div>\n\n\n\n

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Gustavo Adolfo Contreras<\/figcaption><\/figure>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n
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Ana Rebollo Castro<\/mark><\/figcaption><\/figure>\n<\/figure>\n<\/div>\n\n\n\n
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\u201c Llegamos a Bicentenario en diciembre de 2010. Ven\u00edamos de las faldas de la Popa en San Francisco. Nadie nos quer\u00eda traer porque supuestamente esto era muy lejos. Llegu\u00e9 con Carlos Eduardo, mi hijo que entonces ten\u00eda diecisiete a\u00f1os y con Wendy, de catorce. La primera dificultad fue encontrar colegio para ellos. A \u00e9l le faltaba solo un a\u00f1o y ella, dos. No hab\u00eda uno cerca. Al fin les consegu\u00ed cupo en el INEM, as\u00ed que tocaba buscar la plata de los transportes y levantarme temprano para hacerles desayuno y almuerzo porque era lejos y regresaban tarde\u201d.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

\u201cMi mam\u00e1, Carmen Mart\u00ednez, vive al lado m\u00edo. Nos ubicaron como est\u00e1bamos all\u00e1. La se\u00f1ora que tengo al otro lado es mi vecina en San Francisco de hace 35 a\u00f1os y as\u00ed sucesivamente. Fuimos las 135 primeras familias reubicadas de all\u00e1\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cEl d\u00eda que nos entregaron la casa, Wendy meti\u00f3 la llave en la cerradura. Cuando la vimos por dentro por un lado est\u00e1bamos contentos porque ten\u00edamos una casa que no se nos iba a mojar ni el sol a maltratarnos, pero por otra parte era una casa en obra negra, cuando nosotros ya ten\u00edamos nuestras viviendas totalmente terminadas\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cSiempre he trabajado en modister\u00eda. Primero en talleres y despu\u00e9s me independic\u00e9, cuando tuve a mis hijos. Con la m\u00e1quina los he levantado hasta sacarlos profesionales y he adquirido lo que tengo hoy. Los primeros a\u00f1os ac\u00e1 fueron bastante dif\u00edciles puesto que yo ten\u00eda una clientela muy buena en San Francisco, pero se perdieron los contactos. Me tocaba traer y llevar los encargos, que no eran remiendos sino de maquila\u201d.<\/p>\n\n\n\n

“Al ver hoy a Ciudad del Bicentenario es claro que est\u00e1 saliendo r\u00e1pidamente adelante. Contamos con colegios, el puesto de salud, una biblioteca, dos CDI y han venido nuevos habitantes. <\/p><\/blockquote>\n\n\n\n

Me siento agradecida con Dios, por algo pas\u00f3 lo de la falla geol\u00f3gica para colocarme en este barrio que para m\u00ed ha sido muy bueno. No es que sea ingrata con San Francisco donde crec\u00ed y nacieron mis hijos, que me di\u00f3 muchas oportunidades y felicidades. Pero si me los pusieran en una balanza yo elegir\u00eda Bicentenario\u201d.
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Gina Judith Gonz\u00e1lz<\/figcaption><\/figure>\n<\/div>\n\n\n\n
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\u201c Llegamos con mi mam\u00e1 y mis dos hijos en 2012 por la falla geol\u00f3gica de San Francisco. La ni\u00f1a ten\u00eda catorce y el var\u00f3n, seis. Fue una bendici\u00f3n porque ten\u00edamos de nuevo un espacio propio tras haber perdido nuestra casa. Siempre le ped\u00ed a Dios un barrio donde las casas y todo fuera nuevo. Eso se me concedi\u00f3\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cYo tengo una discapacidad y acababa de salir de una situaci\u00f3n cl\u00ednica. Pero aqu\u00ed no ten\u00edamos acceso a servicios m\u00e9dicos ni a colegios. A los chicos hab\u00eda que sacarlos en unos buses que nos pon\u00eda el Distrito.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

A Yeridlad, la hija mayor, le di\u00f3 duro porque hab\u00eda un letrero que dec\u00eda Bienvenido a Cartagena y ella sent\u00eda que viv\u00eda fuera de la ciudad. Pero luego se enamor\u00f3 tanto del proyecto que se convirti\u00f3 en una l\u00edder social muy conocida en la comunidad\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cEl d\u00eda de la firma fue un acontecimiento social y familiar. Todos nos vestimos de gala, aunque solo dejaran entrar a mi mam\u00e1 a las oficinas de Corvivienda. Mi casa la conoc\u00ed el 15 de diciembre de 2011, pero solo la fachada. Por dentro conoc\u00eda otras, pero no era lo mismo. <\/p>\n\n\n\n

El 31 de diciembre vinimos y en el frente esperamos los pitos y nos dimos el abrazo de medianoche. \u2014Este es el primero de muchos a\u00f1os que vamos a pasar ac\u00e1\u2014, <\/p><\/blockquote>\n\n\n\n

nos dijimos. En febrero nos entregaron las llaves en un acto simb\u00f3lico en el parqueadero. El trasteo fue ocho d\u00edas despu\u00e9s.\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cPor mi hijo conoc\u00ed actividades que se realizaban en la comunidad como las vacaciones recreativas. Decid\u00ed hacerme voluntaria. \u00c9l ya es adolescente, pero yo segu\u00ed. Sembramos muchos \u00e1rboles, que nos donaban algunas empresas. Pusimos algunos frente de las casas para que la gente los adoptara, para hoy, diez a\u00f1os despu\u00e9s, disfrutar de la sombra que generan. Me molesta mucho cuando veo alguien talar un \u00e1rbol sin siquiera preguntarse c\u00f3mo lleg\u00f3 ah\u00ed\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cSolo le pido a Dios que las cosas sigan mejorando. Nos falta mucho trabajo en tejido social porque tenemos que desaprender cosas para aprender otras nuevas. Aqu\u00ed hemos venido creciendo como familia, hemos pasado much\u00edsimas cosas espectaculares\u201d.<\/p>\n\n\n\n

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Jairo Sarmiento Mart\u00ednez<\/mark><\/figcaption><\/figure>\n<\/figure>\n<\/div>\n\n\n\n
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\u201c Vinimos de las Lomas de Mari\u00f3n, en Zaragocilla. La casa no se hab\u00eda ca\u00eddo del todo, pero los bomberos nos dijeron que ten\u00edamos que salir. Cre\u00edamos que la adjudicaci\u00f3n se demoraba bastante, pero nos buscaron en un tiempo r\u00e9cord. Al principio fue bastante duro porque llev\u00e1bamos doce a\u00f1os all\u00e1 y est\u00e1bamos acostumbrados al entorno. Los primeros d\u00edas nos sent\u00edamos un poquito desesperados, porque la fuente de trabajo no era igual\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cLlegamos con mi esposa y mi hijo, que ten\u00eda diecisiete a\u00f1os, a la manzana 5, a la que llegaron los primeros habitantes.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

El ganado caminaba por aqu\u00ed porque esto era puro monte todav\u00eda. Apenas se hab\u00eda mudado como el veinte por ciento de la primera fase de casas\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cA los veinte d\u00edas lleg\u00f3 Julio Segovia a la casa y me dijo: \u2014Jairo ven ac\u00e1, vamos a echarle mano al deporte, a preguntar a quien le gusta el softbol y armamos un campeonato de novatos\u2014. Lo celebramos y en adelante nos hicimos notar como los coordinadores de deportes y recreaci\u00f3n. Luego organizamos otro m\u00e1s grande, con doce equipos. La Fundaci\u00f3n nos acogi\u00f3 y nos invitaron a organizar un evento que incluyera disciplinas como el f\u00fatbol, el voleibol y otras. Lo llamamos Copa Bicentenario. Hubo un desfile por todas las calles con los ni\u00f1os. Los uniformes nos los patrocinaron Aguas de Cartagena, Surtigas y otras firmas. Qued\u00f3 excelente. Eso fue como al a\u00f1o de estar viviendo ac\u00e1\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cCuando llegamos hab\u00eda como una guerra entre El Poz\u00f3n y Flor del Campo. Pero eso se fue pasando. Total que nadie se acuerda de esas peleas. Ahora el barrio est\u00e1 totalmente quieto en ese sentido. Uno puede caminar tranquilo por la noche, al menos en esta primera fase de Bicentenario\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cEn la casa ahora vivimos solo mi mujer y yo. Nuestro hijo se organiz\u00f3 y vive en otra casa aqu\u00ed en el barrio. Nos hemos acostumbrado de tal manera que si pas\u00f3 afuera mucho tiempo, cuando cae la tarde me desespero y quiero venirme para mi barrio. As\u00ed es el amor que le tengo a Bicentenario, que en ning\u00fan otro lugar me siento c\u00f3modo\u201d.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Ciudad del Bicentenario es el macroproyecto de vivienda de inter\u00e9s social m\u00e1s grande de los nueve que hay en el pa\u00eds. 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