{"id":591,"date":"2022-07-01T17:36:43","date_gmt":"2022-07-01T23:06:43","guid":{"rendered":"https:\/\/soybicentenario.com\/?p=591"},"modified":"2022-07-01T17:37:51","modified_gmt":"2022-07-01T23:07:51","slug":"unas-variedades-que-dan-vida%ef%bf%bc","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/soybicentenario.com\/edicion-revista-4\/unas-variedades-que-dan-vida%ef%bf%bc\/","title":{"rendered":"Unas variedades que dan vida\ufffc"},"content":{"rendered":"\n

Las tiendas miscel\u00e1neas nos resuelven de todo en el barrio: los \u00fatiles escolares, los productos de aseo y belleza, la fotocopia de \u00faltima hora y hasta las sillas para la fiesta infantil. Tres emprendedoras nos cuentan c\u00f3mo comenzaron y evolucionaron sus negocios y si ven espacio para nuevas iniciativas as\u00ed en Ciudad del Bicentenario. <\/p>\n\n\n\n

Candelaria Villas Casas<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Fotograf\u00eda y Proveedora Jireth<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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Es de Corozal (Sucre) y aunque no lo parezca tiene cincuenta y ocho a\u00f1os, siete hijos y veinti\u00fan nietos. Vivieron en barrios populares de Bogot\u00e1 por veintitr\u00e9s a\u00f1os y luego vinieron al barrio El Reposo, en Cartagena, hasta hace trece a\u00f1os, cuando llegaron a Ciudad del Bicentenario.<\/p>\n\n\n\n

\u201cMi esposo es afanado, le gustan las cosas r\u00e1pido: \u2013Vamos, mija, a pasarnos el primero \u2013me dec\u00eda cuando nos entregaron la casa. Por eso fuimos los primeros habitantes en llegar al barrio, digan lo que digan. Est\u00e1bamos tan emocionados que nos vinimos con todas nuestras cosas a las 2:50 de la ma\u00f1ana, cuando aqu\u00ed no hab\u00eda nadie m\u00e1s\u201d. <\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

Candelaria siempre ha sido una persona de negocios. En el colegio vend\u00eda dulce de mam\u00f3n y de adolescente trabaj\u00f3 en un almac\u00e9n de ropa. Tuvo varios emprendimientos, en particular uno que empez\u00f3 muy bien pero que luego fracas\u00f3 y la dej\u00f3 con una deuda de veinte millones de pesos y reportada en Datacr\u00e9dito, algo grave para ella, que ha sido una buena usuaria del sistema bancario, bajo el criterio de que hay deudas que son buenas si son para producir.<\/p>\n\n\n\n

Fotos, sillas y maquillaje<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

\u201cCuando llegu\u00e9 al barrio, el gobierno mand\u00f3 unas computadoras para cada casa. Yo pens\u00e9 que ah\u00ed estaba el comienzo de un negocio de fotograf\u00eda que hab\u00eda pensado. Con el cupo Brilla saqu\u00e9 la impresora. As\u00ed empez\u00f3 mi venta de copias y servicio de fotograf\u00eda; eso fue un boom porque aqu\u00ed no hab\u00eda nada as\u00ed. Fotograf\u00eda y Proveedora Jireth tiene ese nombre porque Jehov\u00e1 me provee\u201d.<\/p>\n\n\n\n

Lo de proveedora es un buen nombre porque Candelaria va viendo d\u00f3nde hay oportunidades y qu\u00e9 es lo que la gente necesita. \u201cSi necesitan una nevera o un celular, se lo tenemos. Mi esposo tiene su propia clientela en El Milagro, El Reposo y otros sectores. Y yo tengo la m\u00eda ac\u00e1\u201d. <\/p>\n\n\n\n

En aquellos inicios, vendi\u00f3 carnes fr\u00edas, suero y queso. No le result\u00f3 un buen negocio porque muchos no le pagaban, pero pudo saber quienes eran buenos clientes. \u201cQuiere decir que no perd\u00ed, sino que aprend\u00ed del mercado\u201d, concluye.<\/p>\n\n\n\n

M\u00e1s tarde, conoci\u00f3 a una consultora de Esika con quien aprender\u00eda el manejo de las ventas por cat\u00e1logos. Al principio no le cre\u00eda, pero cuando le explicaron qued\u00f3 fascinada con los beneficios y empez\u00f3 a vender los productos. Llen\u00f3 sus vitrinas con los regalos que ganaba: ollas de presi\u00f3n, vajillas, licuadoras. Con esas ganancias reuni\u00f3 un capital que invirti\u00f3 en sillas para alquilar. <\/p>\n\n\n\n

\u201cVi que aqu\u00ed no alquilaban sillas para fiestas; entonces, compr\u00e9 cien para ni\u00f1os y adultos. Los fines de semana no queda ninguna disponible. Yo las alquilo m\u00e1s barato que en otros sitios, pero se comprometen a llevarlas y traerlas\u201d. Alquila cada silla en setecientos pesos. Por lo general, los viernes se las llevan en grupos de cincuenta, treinta y veinte sillas; algunos se las llevan todas. A trav\u00e9s de WhatsApp p\u00fablica el servicio y en su negocio tiene un aviso. <\/p>\n\n\n\n

Reporte positivo<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

A punta de voluntad y valent\u00eda logr\u00f3 que una entidad le prestara un capital semilla de mill\u00f3n doscientos mil, cuando lo m\u00e1ximo eran cuatrocientos mil para quien tuviera buen perfil crediticio. Cuando los negocios empezaron a producir algo razonable pens\u00f3 en liquidar aquella deuda reportada en Datacr\u00e9dito y que le imped\u00eda activar un poco m\u00e1s los negocios. <\/p>\n\n\n\n

Tras seis a\u00f1os sin pagar, mediante una negociaci\u00f3n logr\u00f3 que se la dejaran en apenas una fracci\u00f3n de lo que deb\u00eda sumando capital e intereses. Pag\u00f3 sus cuotas y hoy goza de una buena vida crediticia. <\/p>\n\n\n\n

Su energ\u00eda es admirable y con ella ha logrado sostener otros negocios. Abri\u00f3 dos salones de belleza; uno que se llama \u2018Giovanna\u2019 y otro que lleva su nombre. Uno est\u00e1 ubicado en Flor del Campo y all\u00ed las clientas son tratadas muy bien porque detect\u00f3 la necesidad de un sal\u00f3n que al mismo tiempo fuera un lugar para tener un rato agradable. \u201cLas se\u00f1oras entran y se les da una revista, se les ofrece algo para tomar, hasta a veces se les brinda una copa de vino y se sienten halagadas. Adem\u00e1s, el servicio es s\u00faper econ\u00f3mico\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Como su casa est\u00e1 frente al colegio Gabriel Garc\u00eda M\u00e1rquez aprovecha para vender helados de mango biche para los estudiantes y caf\u00e9 y desayunos desde que aclara el d\u00eda. \u201cMi esposo y yo nos levantamos a las cuatro de la ma\u00f1ana para vender cinco termos de caf\u00e9 diarios. Aqu\u00ed llega el busetero, el que va en bicicleta, los profesores y vecinos\u201d. Trabaja en el negocio hasta las cinco de la tarde, pero su jornada no para ah\u00ed porque entonces sube a su casa, en el segundo piso, y se dedica al aseo de su hogar. <\/p>\n\n\n\n

Un sue\u00f1o con piscina<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Adem\u00e1s de su esposo, Wilfredo Taborda Taborda, tambi\u00e9n la apoyan sus hijos y dos vecinas que tiene contratadas. \u201cA m\u00ed me ha ido muy bien en Ciudad del Bicentenario, pero todo depende de cada quien; cuando una persona es diligente y emprendedora, en donde est\u00e9 le va bien\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Sus hijos han ido a la universidad: el mayor tiene cuarenta a\u00f1os, es administrador y se ha dedicado a los carros; otro termin\u00f3 contadur\u00eda biling\u00fce y administraci\u00f3n hotelera y el menor terminar\u00e1 contadur\u00eda p\u00fablica en la del Sin\u00fa.<\/p>\n\n\n\n

Este d\u00eda de las Madres recibi\u00f3 de su esposo un regalo que la ilusiona y se le ha convertido en un nuevo reto: un lote en Turbaco donde poco a poco levantar\u00e1n un hogar para pasar su vejez. \u201cYo sue\u00f1o con una casa con piscina y un quiosco en el patio para que mi poco de nietos lleguen a ba\u00f1arse\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Deylis Esther Padilla<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Variedades Elivanis <\/strong><\/p>\n\n\n\n

Deylis Esther Padilla vive hace trece a\u00f1os en Ciudad del Bicentenario, junto a su esposo y sus dos hijas. Entonces no ten\u00edan casa propia, pero un amigo les ofreci\u00f3 la suya para cuidarla. Cuando llegaron solo hab\u00eda cinco manzanas construidas. <\/p>\n\n\n\n

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Luego con un simple celular y mucha voluntad de trabajo comenz\u00f3 el variado negocio que hoy sostiene. \u201cMi esposo me compr\u00f3 pollo para vender, pero eso no me gustaba, hasta que un d\u00eda le ped\u00ed que me comprara un tel\u00e9fono\u201d. <\/p>\n\n\n\n

En 2014, con una mesa en la calle, un celular muy b\u00e1sico, un tarrito de gomas Trulul\u00fa y unos merengues, Deylis empez\u00f3 su emprendimiento en la manzana 10. \u201cLas personas se demoraban hasta treinta minutos en las llamadas y vi la necesidad de adquirir otro tel\u00e9fono. Mi esposo me dijo que no ten\u00eda plata, pero le dije que si lo hac\u00eda, yo podr\u00eda responder por la comida\u201d. <\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

Luego lleg\u00f3 la vitrina que una amiga le vendi\u00f3 a cuotas; no ten\u00eda para comprarla enseguida ni para surtirla de productos, pero empez\u00f3. Compraba mecatos y todos los d\u00edas abr\u00eda su negocio. Despu\u00e9s, con el dinero que su esposo le daba para el diario, compr\u00f3 peinillas, papel higi\u00e9nico y toallas sanitarias. Invert\u00eda ese dinero para m\u00e1s tarde comprar comida con las ganancias del negocio. <\/p>\n\n\n\n

Cuando sus clientes empezaron a preguntarles por otros productos, ella supo que el negocio deb\u00eda crecer. \u201c\u2012Vecina, \u00bftiene huevos? \u00bfTiene caf\u00e9?\u2012: me daba pena no tener esas cosas, as\u00ed que iba tomando nota. Pero yo no quer\u00eda una tienda, sino una variedad\u201d.<\/p>\n\n\n\n

Luego, cuando su hija necesitaba libros para el colegio, pens\u00f3 que ser\u00eda mejor adquirir una fotocopiadora y ahorrar ese dinero. As\u00ed pudo incluir el servicio de fotocopias, la elaboraci\u00f3n de hojas de vida, el servicio de esc\u00e1ner e impresiones de distintos documentos. Todo lo aprendi\u00f3 en el camino.<\/p>\n\n\n\n

Hace dos meses vino la alegr\u00eda de abrir en un sitio propio. En la anterior casa el negocio ocupaba la terraza y la sala. Para ir de un lado a otro deb\u00edan pasar de lado. Ni siquiera ten\u00edan un comedor o un sof\u00e1. <\/p>\n\n\n\n

\u201cMi esposo hizo un pr\u00e9stamo y compr\u00f3 este terreno esquinero; arriba hice dos cuartos peque\u00f1os. Aqu\u00ed tengo las variedades, pero tambi\u00e9n vendo queso, huevo, pollo; salchicha, yogures, carnes fr\u00edas. Para proveer me visitan preventistas y tambi\u00e9n voy al abasto o al mercado\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Abre de lunes a s\u00e1bado a las siete de la ma\u00f1ana y cierra entre las diez u once de la noche. Es una carrera contra el tiempo; su hija menor atiende mientras ella cocina y administra el negocio. Su hija mayor est\u00e1 en la universidad, pero es su mayor apoyo en el \u00e1rea de sistemas. \u201cLos domingos abro a las dos de la tarde porque en la ma\u00f1ana vamos a la iglesia. Nosotros hacemos servicio en l\u00ednea con personas de otros pa\u00edses, y aqu\u00ed tenemos un grupo b\u00edblico y de oraci\u00f3n\u201d. <\/p>\n\n\n\n

\u201cS\u00e9 que todos nos afanamos por tener las cosas, pero tambi\u00e9n s\u00e9 que lo voy a lograr con ayuda de Dios. Todos los d\u00edas le pido \u2012Se\u00f1or, env\u00eda a las personas a mi negocio; dame la sabidur\u00eda, Padre. Hay cosas que de pronto no voy a entender, pero ay\u00fadame\u2012\u201d<\/p>\n\n\n\n

Gilberto Chiquillo, su esposo, es docente de estad\u00edstica, geometr\u00eda y matem\u00e1ticas en el colegio Flor del Campo. Se pag\u00f3 parte de la carrera en la Universidad del Atl\u00e1ntico vendiendo pl\u00e1tanos, as\u00ed que sabe c\u00f3mo son las cosas. Deylis estudi\u00f3 enfermer\u00eda y luego promoci\u00f3n social en el Colegio Mayor de Bol\u00edvar. Llevan juntos veinticinco a\u00f1os y dos hijas, de diecisiete y catorce a\u00f1os. <\/p>\n\n\n\n

A ellas las est\u00e1 criando para que sean independientes. \u201cLes digo que cuando se vayan a casar, lo hagan con un hombre que les sume, porque yo me estoy esforzando para que ellas sigan adelante. No estoy de acuerdo con las mujeres que dicen que buscaron marido solo para que las mantenga\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cEstoy agradecida con Dios, porque siempre quise mi casa propia; ahora me siento contenta y tranquila\u201d. Deylis considera que en Ciudad del Bicentenario hacen falta muchos negocios, pero que es necesario que las personas construyan una mentalidad ganadora, que avancen y le apuesten a mejorar su calidad de vida. \u201cNecesitamos personas que nos sumen, no que nos resten\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Agustina Borja Mel\u00e9ndez <\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Agustina naci\u00f3 y vivi\u00f3 muchos a\u00f1os en Tol\u00fa Playa y hace veintid\u00f3s vive en Cartagena. Ella, sus hijos y su esposo, llegaron hace trece a\u00f1os a Ciudad del Bicentenario por la reubicaci\u00f3n de San Francisco. <\/p>\n\n\n\n

Su esposo vend\u00eda verduras en el mercado de Bazurto. Era un buen negocio, pero tuvo que dejarlo por problemas card\u00edacos que le imped\u00edan seguir haciendo grandes esfuerzos f\u00edsicos. Por eso el hogar tuvo que replantear los ingresos. Su esposo organiz\u00f3 un negocio de cerveza que funciona los fines de semanas y Agustina puso el negocio de variedades, que ha ido creciendo. Es tan reciente que ni siquiera le ha puesto un nombre.<\/p>\n\n\n\n

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\u201cComenc\u00e9 hace cinco meses solo con los mecatos. Luego con un pr\u00e9stamo de ochenta mil pesos compr\u00e9 la chaza\u201d. Su negocio abre temprano en las ma\u00f1anas, cuando sus clientes llegan por las papeletas de caf\u00e9 y el az\u00facar; tambi\u00e9n vende cubetas, bolis, gaseosas. \u201cLo que m\u00e1s se vende es el shampoo, gel, jab\u00f3n de ba\u00f1o y de lavar, servilletas, pitillos y desodorante. Pero me falta comprar m\u00e1s cosas de variedades. A veces vienen preguntando por algo que no tengo\u201d. Cree que le pueden funcionar los aretes, cadenas y otros accesorios.\u00a0<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

De lunes a viernes cierra a las ocho y media o nueve de la noche. \u201cCuando ven la puerta cerrada y los focos apagados saben que ya no atendemos\u201d. Los s\u00e1bados y domingos le toca hasta medianoche, por la venta de cerveza. <\/p>\n\n\n\n

Su hija la ayuda yendo al mercado y algunas veces ella misma va a los abastos de Colombiat\u00f3n y Flor del Campo para surtir su negocio. \u201cDesde que puse mi negocito todo ha cambiado. Esto es una ayuda, mi esposo vende sus cervezas y yo mi variedad. Adem\u00e1s, me entretengo y ocupo el d\u00eda\u201d. <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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