{"id":568,"date":"2022-07-01T17:14:52","date_gmt":"2022-07-01T22:44:52","guid":{"rendered":"https:\/\/soybicentenario.com\/?p=568"},"modified":"2022-07-01T17:15:47","modified_gmt":"2022-07-01T22:45:47","slug":"empleo-en-bicentenario-tres-suenos-cumplidos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/soybicentenario.com\/edicion-revista-4\/empleo-en-bicentenario-tres-suenos-cumplidos\/","title":{"rendered":"Empleo en Bicentenario: Tres sue\u00f1os cumplidos"},"content":{"rendered":"\n

Para conseguir empleo en Cartagena no basta con las ganas. Hay que pedalear, esperar, adaptarse a lo que pide el mercado laboral y apoyarse en las oportunidades de gu\u00eda y formaci\u00f3n que van surgiendo. Tres vecinos nos cuentan su historia hasta conseguir un empleo formal.<\/p>\n\n\n\n

Todos han pasado por los programas de la Fundaci\u00f3n Santo Domingo, que desde 2014 ha contribuido en la colocaci\u00f3n laboral de m\u00e1s de dos mil vecinos del barrio. Aunque es un gran logro, desde el equipo de trabajo son conscientes de los alcances que tiene su esfuerzo.<\/p>\n\n\n\n

\u201cNuestra labor es acercar a la comunidad a las oportunidades laborales y llevarlos a las entrevistas, pero al final el proceso s\u00f3lo depende de ellos. Por eso antes de enviar a una persona para ser entrevistada tenemos que estar seguros de que cumple a cabalidad con un perfil integral que pidi\u00f3 la entidad; no podemos enviar a un candidato que no se ajuste a lo solicitado. Para prepararlos a superar los vac\u00edos creamos la Metodolog\u00eda de Habilidades Sociales. Les ense\u00f1amos desde hacer la hoja de vida porque hemos visto casos en los que acuden a un negocio de internet, copian una y resulta ser igual a la de otra persona\u201d, nos dice Freddy Anaya.<\/p>\n\n\n\n

Aleida Navarro M\u00e9ndez<\/strong><\/h2>\n\n\n\n
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Aleida lleg\u00f3 hace veinte a\u00f1os a Cartagena como desplazada desde Convenci\u00f3n, en el Norte de Santander. La mitad de ese tiempo lo vivi\u00f3 en arriendo o donde un familiar. La otra mitad, en Ciudad del Bicentenario, donde fue beneficiada con una casa de Corvivienda. <\/p>\n\n\n\n

\u201cTener un techo es una gran bendici\u00f3n, tengo tres hijos y soy sola, entonces no era f\u00e1cil pagar arriendo y andaba de un lado a otro\u201d. Pero una cosa era el techo y otra, el trabajo. O mejor, la falta de \u00e9l. Aleida pas\u00f3 las duras y las maduras para llevar el sustento a su casa.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

\u201cLas dos veces que me he acercado a la Fundaci\u00f3n Santo Domingo he sido bendecida. La primera fue con un empleo que obtuve en el 2015. Era con la empresa Fuller para hacer aseos de los apartamentos que iban a entregar a sus due\u00f1os en un edificio de Bocagrande. Fueron siete meses hasta que termin\u00f3 ese contrato\u201d, relata Aleida.<\/p>\n\n\n\n

Desempleada otra vez y al vaiv\u00e9n de los ingresos, pas\u00f3 el tiempo y lleg\u00f3 2019. Pero esta vez el premio fue doble.<\/p>\n\n\n\n

\u201cUn d\u00eda cualquiera estaba desesperada porque andaba sin empleo, con hijos estudiando, pagando la alimentaci\u00f3n y los servicios, fui a la fundaci\u00f3n y me inscrib\u00ed en los programas, me prepar\u00e9, hice cursos y talleres de c\u00f3mo hacer una hoja de vida, una presentaci\u00f3n o una entrevista, c\u00f3mo deb\u00eda ir vestida y otras cosas que me ayudaron much\u00edsimo. Ah\u00ed sal\u00ed beneficiada con el empleo que tengo actualmente y que ha mejorado mucho mi situaci\u00f3n econ\u00f3mica\u201d. <\/p>\n\n\n\n

El empleo le vino con premio adicional: era aqu\u00ed mismo, en Ciudad del Bicentenario, lo que ahorra tiempos de desplazamiento y el costo del transporte. Trabaja en servicios generales en Parques de Bol\u00edvar. Los contratos son mediante una bolsa de empleo, de car\u00e1cter anual que le han ido renovando y espera que siga as\u00ed, con la ayuda de sus jefes, que le han tomado mucho aprecio. \u201cSi me siguen llamando es porque est\u00e1n contentos con mi trabajo\u201d, dice.<\/p>\n\n\n\n

Entretanto sus dos hijos menores, Julio Andr\u00e9s, de diecinueve a\u00f1os y Andres Juli\u00e1n, a punto de cumplir dieciocho, terminaron su bachillerato y est\u00e1n estudiando en el SENA. Su hija mayor, Nataly, de veintinueve, la convirti\u00f3 en abuela: \u201ccomo fui madre tan joven esta etapa de los nietos es donde una se siente que es la abuela m\u00e1s \u2018chocha\u2019\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Aleida se cas\u00f3 a los diecis\u00e9is a\u00f1os, en un matrimonio que dur\u00f3 veinte a\u00f1os. \u201cEn ese entonces mis ganas eran de seguir adelante, ser alguien en la vida, estudiar una carrera, pero \u00e9l era una persona totalmente enfrascada en el machismo y nunca me dej\u00f3 estudiar. Entonces me dediqu\u00e9 a ser ama de casa y sacar mis hijos adelante\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Ahora, con los hijos crecidos, la casa propia y un empleo estable, su vida tiene un nuevo escenario. La vida es un poco m\u00e1s amable con ella y puede llevar su d\u00eda a d\u00eda con menos presiones que antes: \u201cEn Bicentenario me siento bendecida porque me he rodeado de gente buena y de \u00e1ngeles que me han ayudado a tocar puertas y salir adelante\u201d, dice, siempre con una sonrisa y un don de gentes particular.<\/p>\n\n\n\n

Oscar Enrique Sayas Licona<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Con seis hijos y una esposa que dependen de su trabajo, Oscar Sayas no ten\u00eda opci\u00f3n: ten\u00eda que conseguir un empleo o una ocupaci\u00f3n que le permitiera unos ingresos estables. A Ciudad del Bicentenario llegaron desde el barrio San Francisco hace ocho a\u00f1os a la manzana 79, de las casas de dos pisos<\/p>\n\n\n\n

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\u201cSi est\u00e1s desempleado, como yo lo estaba, hay que aprovechar el tiempo: ya que no est\u00e1s haciendo nada, tienes que dedicarte al estudio y las capacitaciones que te ofrecen. Yo vi la oportunidad y supe aprovecharla; cuando te brindan la mano y no la sabes coger te va mal, pero si la sabes aprovechar te va bien ante los ojos de Dios y de la gente\u201d, nos explica por tel\u00e9fono en una pausa de su trabajo.<\/p>\n\n\n\n

\u201cAproveche los cursos como jardines verticales, mamposter\u00eda, estructuras en hierro y concreto, con certificaciones por medio del SENA y la Fundaci\u00f3n Santo Domingo. El \u00faltimo que hice fue el de piscina y salvamento acu\u00e1tico\u201d. Y en esta \u00e1rea fue que le sali\u00f3 trabajo.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

El caso de \u00d3scar da un ejemplo de lo que est\u00e1 ocurriendo con frecuencia: los intereses y capacitaciones pueden ir por un lado, pero el mercado laboral va por otro. En este caso la creciente presencia de conjuntos cerrados de vivienda en la ciudad, hace cada vez m\u00e1s frecuente la contrataci\u00f3n de piscineros -obligatorios para los conjuntos que tienen piscina- y tambi\u00e9n de jardineros para mantener las \u00e1reas comunes. <\/p>\n\n\n\n

\u201cLa fundaci\u00f3n me mand\u00f3 a otras opciones a las que apliqu\u00e9, pas\u00e9 todas las pruebas que me hicieron y aqu\u00ed estoy en una de ellas. Estoy trabajando por los lados del Campestre en un conjunto de cuatro edificios que se llama Puntalta Altofaro\u201d, explica.<\/p>\n\n\n\n

\u00d3scar sale de la casa a las siete de la ma\u00f1ana para llegar a las ocho y treinta al trabajo. Una particularidad es que siempre le toca turno los fines de semana, pues es cuando m\u00e1s se utiliza la piscina. Descansa los lunes, cuando se le hace mantenimiento. Est\u00e1 de regreso a su casa hacia las seis de la tarde.<\/p>\n\n\n\n

\u201cMe ha ido excelente, gracias a Dios. Mientras uno sea buen trabajador y lleve orden en todo lo que haya que hacer en el trabajo, no tienes problemas\u201d, nos dice. Su contrato es fijo y ahora est\u00e1 pendiente de que le den vacaciones, como corresponde tras haber cumplido el primer a\u00f1o.<\/p>\n\n\n\n

Lina Marcela Escobar<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Lina se define como chocoana-cartagenera, pues vive ac\u00e1 desde los ocho a\u00f1os, cuando el conflicto sac\u00f3 a su familia de su Riosucio natal. Hoy tiene treinta y tres a\u00f1os, tres hijos y como esposo a Hamilton C\u00f3rdoba Chaverra, un chocoano como lo quer\u00eda su mam\u00e1, pero al que conoci\u00f3 de casualidad en Cartagena. Llegaron hace ocho a\u00f1os a las torres de Ciudad del Bicentenario.<\/p>\n\n\n\n

Antes de llegar aqu\u00ed no hab\u00eda tenido necesidad de buscar un empleo formal pues su mam\u00e1 era una mujer emprendedora y echada para adelante que se ideaba diversas iniciativas. El \u00faltimo fue un restaurante, que cerr\u00f3 cuando enferm\u00f3. Su esposo trabajaba en la cl\u00ednica Cartagena del Mar, pero se le acab\u00f3 el contrato casi al mismo tiempo de mudarse a Ciudad del Bicentenario.<\/p>\n\n\n\n

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\u201cCada vez que hablo de c\u00f3mo consegu\u00ed mi trabajo me da mucha nostalgia. Una de las bases fundamentales que me impuls\u00f3 fue el ejemplo de mi madre, que es una mujer guerrera. Despu\u00e9s que nos mudamos me dije \u2013Tengo que conseguir un empleo por mi hijo peque\u00f1o y porque el marido m\u00edo no tiene un trabajo estable\u2013\u201d.\u00a0<\/p>\n\n\n\n

\u201cViendo las necesidades, ten\u00eda que superarme. Para comenzar, en ese tiempo yo no era bachiller y por eso me pon\u00edan peros. Lo valid\u00e9 en Olaya en un a\u00f1o porque solo me faltaba el \u00faltimo grado\u201d. Me hablaron de la Fundaci\u00f3n Santo Domingo y sab\u00eda que ah\u00ed ayudan. Me fui directamente para all\u00e1, habl\u00e9 de mi caso y me capacitaron con cursos de manipulaci\u00f3n de alimentos o habilidades blandas, entre otros que me recomendaban all\u00e1\u201d.\u00a0<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

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\u201cDesde que me mude pasaron como tres o cuatro a\u00f1os para conseguir un empleo; pero si uno persevera alcanza y si uno tiene algo para llenar su hoja de vida y hay que cumplirlo y hacer las cosas bien\u201d. <\/p>\n\n\n\n

De pronto un d\u00eda la llamaron de la fundaci\u00f3n: \u2013Lina, \u00bftienes el cart\u00f3n de las vacunas?\u2013. Ella les dijo que s\u00ed. \u2013Bueno, ponte pilas que te van a llamar\u2013. \u201cY yo con el tel\u00e9fono en la mano y cuando me llamaron fue la felicidad total en mi casa porque cada vez que regresaba de una entrevista mis ni\u00f1os me dec\u00edan \u2013Mami, \u00bfte escogieron?\u2013. Y yo les dec\u00eda que eso no era as\u00ed y que esperaran, pero ellos siempre estaban pendientes\u201d. <\/p>\n\n\n\n

\u201cCuando uno lucha por una cosa y a veces no se le da, uno se desmotiva, pero eso le da m\u00e1s fuerza para seguir adelante. A veces me dec\u00edan \u2013Ay Lina tanta hoja de vida que mete y aun no le ha salido\u2013. Yo les respond\u00eda \u2013Hay que meterlas porque es mejor tener la esperanza que vivir sin ella\u2013\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u201cTengo tres meses de estar en este trabajo, pero me siento orgullosa porque el que persevera alcanza. Tanto tiempo que luch\u00e9 para conseguir ese empleo; estaba pasando por un momento de mi vida ca\u00f3tico y mi madre me dec\u00eda: \u2013Mija, no se preocupe que el tiempo de Dios es perfecto, y de pronto no le ha salido porque sus hijos est\u00e1n peque\u00f1os y a\u00fan la necesitan\u2013\u201d. <\/p>\n\n\n\n

Actualmente Lina es operaria de aseo en Instituci\u00f3n Educativa Rosedal, que gestiona el Minuto de Dios. Comenz\u00f3 trabajando en los bloques de salones, pero la ascendieron a oficinas. Para llegar all\u00e1 debe tomar dos transportes: a las cinco y media de la ma\u00f1ana una moto hasta la rotonda de El Poz\u00f3n y de ah\u00ed otro transporte hasta el colegio. Y lo mismo al regreso.<\/p>\n\n\n\n

\u201cA mis vecinos preocupados por el empleo les dir\u00eda que nunca se rindan porque a veces si uno no termina las metas quedan las dudas de \u2013Ay, mira que pude hacer esto y no lo hice\u2013. Entonces les digo que se llenen m\u00e1s de esperanza y se motiven que los sue\u00f1os hay que hacerlos realidad\u201d. <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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