De Olaya a las torres<\/strong><\/h2>\n\n\n\nLlegaron a Ciudad del Bicentenario porque la Red Unidos los incluy\u00f3 en el proyecto de vivienda gratuita; Jos\u00e9 no era muy creyente, pero Yesmin hizo toda la diligencia. Despu\u00e9s de varias visitas de la asesora, en la que les hac\u00edan acompa\u00f1amiento a sus procesos y a la educaci\u00f3n de sus hijos, le entregaron fecha de entrega para su casa y se mudaron a las torres de Ciudad del Bicentenario.<\/p>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n\u201cEstaba muy contenta porque no ten\u00eda vivienda propia, viv\u00edamos donde mi suegro. Aunque fue un cambio brusco porque all\u00e1 ten\u00eda mi espacio de trabajo. Cuando llegamos ten\u00edamos monte alrededor y poco a poco fue llegando la comunidad\u201d, se\u00f1ala Yesmin. Viven en la torre 22 de la manzana 76A. \u201cLa diferencia entre Olaya Herrera y Bicentenario es la infraestructura urbana. All\u00e1 cuando llov\u00eda ten\u00edamos que pisar barro, no hab\u00eda zonas verdes, el dise\u00f1o urban\u00edstico es desordenado. Ac\u00e1 todo est\u00e1 organizado\u201d, menciona Jos\u00e9, quien ha podido, junto a su esposa, organizar su hogar y mantenerlo en marcha. <\/p>\n\n\n\n
Sin embargo, ambos coinciden en que la problem\u00e1tica social es la misma: el desempleo, la violencia, la drogadicci\u00f3n. Han tenido inconvenientes por el mal uso de algunos espacios y han trabajado en hacerle ver a la gente que las zonas son comunes; Jos\u00e9 explica que muchos se adue\u00f1an de ellas porque no est\u00e1n acostumbrados a vivir en comunidades horizontales. <\/p>\n\n\n\n
En Ciudad del Bicentenario los dos entraron a grupos de liderazgo. Yesmin se reun\u00eda con la comunidad para mantener limpio el espacio y controlar el tema de las basuras; Jos\u00e9 se uni\u00f3 al comit\u00e9 empresarial de la Fundaci\u00f3n Santo Domingo y ambos participaron en el comit\u00e9 de administraci\u00f3n, donde Yesmin fue secretaria. Sus gestiones y las de sus compa\u00f1eros, lograron unir a las tres manzanas para conseguir que la constructora reparara las zonas comunes que hab\u00edan sido entregadas con falencias. \u201cAdem\u00e1s conseguimos que nos acondicionaran los espacios y los entregaran legalmente al administrador que estaba de turno\u201d, asegura Jos\u00e9. <\/p>\n\n\n\n
Una labor agridulce<\/strong><\/h2>\n\n\n\nActualmente el sector no cuenta con administraci\u00f3n. \u201cEse tema ha sido dif\u00edcil de manejar con la comunidad porque no entienden la importancia que tiene esto. Al venir de unos barrios donde cada quien hace lo que quiere, cambiar el chip es duro; intentamos organizarnos y motivarlos a pagar ese servicio, pero muy pocos lo hicieron\u201d cuenta Yesmin, quien tambi\u00e9n trabaj\u00f3 como l\u00edder de Familias en Acci\u00f3n, pero se retir\u00f3 para dedicarse de lleno al negocio de los fritos. <\/p>\n\n\n\n
\u201cTener un buen dise\u00f1o urbano ayuda, pero lastimosamente la gente que vino ac\u00e1 no est\u00e1 acostumbrada a este tipo de espacios. Hemos tenido muchos inconvenientes por una cantidad de espacios ociosos a los que los vecinos le dan mal uso. Como somos propiedad horizontal, nos toca pelear porque las zonas verdes le pertenecen a todo el conjunto, no solo a la persona que vive en el primer piso. Hay muchos que se adue\u00f1an del espacio y hacen lo que les da la gana con \u00e9l, entonces es una pelea constante\u201d.<\/p>\n\n\n\n
Jos\u00e9 estudi\u00f3 un diplomado en liderazgo en la Universidad de San Buenaventura que le ayud\u00f3 a manejar el tema de la convivencia en la comunidad. Luego particip\u00f3 3 a\u00f1os en el consejo de administraci\u00f3n del barrio, pero se hizo a un lado, cansado porque sent\u00eda que la gente no valoraba ese trabajo. \u201cCuando estuvimos en ese proceso tuvimos una administradora, ahora no la hay. Algunos se hacen llamar l\u00edderes, pero destruyeron todo lo que hab\u00edamos logrado\u201d, se lamenta. <\/p>\n\n\n\n
La pareja coincide en que trabajar con la comunidad no es tarea sencilla. \u201cQuer\u00edamos ense\u00f1ar a las personas con el ejemplo; nos reunimos para hacer tertulias y nos catalogaron de guerrilleros y extorsionistas. Ese proceso estuvo en la fiscal\u00eda, aunque el problema era directamente con una sola persona y ya se solucion\u00f3\u201d. <\/p>\n\n\n\n
A pesar de esos inconvenientes, Jos\u00e9 y Yesmin aman trabajar por su comunidad. Hoy ambos colaboran con la Fundaci\u00f3n Abrazando Esperanza. \u201cTrabajamos sin sueldo, es una labor comunitaria en la que realizamos actividades recreativas, educativas, donaciones escolares, campa\u00f1as de salud, ecol\u00f3gicas, vacunaci\u00f3n y seguridad. Estamos gestionando un comedor comunitario, porque los ni\u00f1os ya no reciben almuerzo en el colegio, como s\u00ed pasaba antes de la pandemia\u201d, asegura Yesmin. Ese comedor que proponen funcionar\u00e1 en la manzana 75A, donde consiguieron un espacio y est\u00e1n a la espera de la visita del Banco de Alimentos para la dotaci\u00f3n. <\/p>\n\n\n\n
Jos\u00e9 reconoce que una de sus fortalezas es su gusto por el trabajo en equipo y la buena relaci\u00f3n que mantiene con sus compa\u00f1eros de lucha. \u201cMe gusta que las cosas se hagan en uni\u00f3n porque eso da m\u00e1s fuerza. Trabaj\u00e9 con la se\u00f1ora Blanquicet, que sigue activa en la Fundaci\u00f3n Santo Domingo; con el se\u00f1or Orlando de la Rosa, una gran persona que nos ense\u00f1\u00f3 a ser l\u00edderes; con Lorena Gonz\u00e1lez que tambi\u00e9n hizo parte de la fundaci\u00f3n; con Benito Montero y Noem\u00ed C\u00e1rdenas\u201d, se\u00f1ala, sinti\u00e9ndose orgulloso de sus compa\u00f1eros.<\/p>\n\n\n\n
Dos d\u00e9cadas fritando<\/strong><\/h2>\n\n\n\nSu negocio lleva por nombre \u201cLa Empanada de Yesmin y el Dedito de Jos\u00e9\u201d. Antes estaban ubicados en una esquina del barrio, expuestos al sol y la lluvia, pero hoy funcionan en un local de la manzana 76A. \u201cLlevamos tres a\u00f1os en este local donde tambi\u00e9n funciona el negocio de mi vecina Enid. Ella se encarga de los almuerzos y nosotros, de los fritos. Vendemos deditos solo en la ma\u00f1ana, de lunes a domingo; algunos d\u00edas se vende m\u00e1s que otros y para fin de mes se incrementa m\u00e1s la venta\u201d, asegura Jos\u00e9. <\/p>\n\n\n\n
Yesmin es la encargada de hacer las papas, las carima\u00f1olas y de vez en cuando, las arepas. De la preparaci\u00f3n de los fritos y los deditos, se encarga Jos\u00e9, quien tambi\u00e9n frita todo. Su fuerte adem\u00e1s de los deditos son las papas con queso, pueden vender hasta cien en un d\u00eda, y antes de la pandemia ciento cincuenta y hasta m\u00e1s. \u201cEn la pandemia nos fue mal, pero ya nos recuperamos\u201d, dice Jos\u00e9, quien asegura que la receta secreta de sus deditos nunca ser\u00e1 revelada. <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
\u00c9l se llama Jos\u00e9 Alfredo Mercado Sincelejo, pero le dicen Jos\u00e9 \u2018Deditos\u2019: no le molesta sino que lo toma como una se\u00f1a de identidad. Naci\u00f3 en Palitos, Sucre, pero desde los siete meses se cri\u00f3 en el sector Playa Blanca, de Olaya Herrera. Ella se llama Yesmin Pi\u00f1eres Simanca y creci\u00f3 en el mismo sector.<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":541,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[20],"tags":[13],"yoast_head":"\n
Entre los deditos de que soy el liderazgo comunitario - soybicentenario.com<\/title>\n \n \n \n \n \n \n \n \n \n \n \n\t \n\t \n\t \n \n \n \n\t \n\t \n\t \n