El BARRIO FINO DE BICENTENARIO

Un oasis en medio del ‘desierto’. Así podría definirse Barrio Fino Mundial para los jóvenes artistas de Ciudad del Bicentenario y de Cartagena, que han encon­trado en esta iniciativa una oportunidad para crecer como músicos y desarrollar sus proyectos. En especial, cuando las condiciones para dedicarse al arte pue­den tornarse difíciles, llenas de sacrifi­cios y, en ocasiones, tienen escasas re­compensas. 

Barrio Fino Mundial nació hace diez años en la frontera entre los barrios Re­pública del Caribe y Pa­blo Sexto, pero ha alcan­zado tanto im­pacto en los artis­tas que ha llegado a otros barrios de la ciudad, teniendo un eco sonoro y un semillero de talentos en Bicentenario. 

Cuando las tribulaciones atacan… 

Nacido en 2014 bajo la batuta de Ariel Valdez, hijo del cantante palenquero Justo Valdez, Barrio Fino Mundial bus­caba brindar una solución a los obstácu­los que encuentran los cantantes para grabar una canción propia. Ariel tam­bién es cantante y enfrentó en carne propia estas dificultades. En los diferen­tes estudios en la ciudad muchas veces encontraba discriminación hacia los ar­tistas emergentes que no les permitía explotar su talento completamente. 

“Creé Barrio Fino Mundial pensando en que sería bueno tener un espacio donde todo el mundo sea mirado con los mismos ojos y que tengan la oportunidad de aprender lo mismo que los demás”, comentó. 

El proyecto evolucionó hasta convertirse en un espa­cio de educación cultural, artístico y social, que le brinda a los jó­venes la confianza y oportunidades para salir adelante. “Ese es principalmente el enfoque de Barrio Fino”, recalcó Ariel. 

Superando las expectativas 

Actualmente Barrio Fino, cuyo estudio musical funciona en Pablo Sexto, ha su­perado las expectativas, creando una esencia propia y llegando a Ciudad Bi­centenario, un sector con el que Ariel está conectado por encontrarse ahí su casa materna y por ser el hogar de anti­guos residentes de su barrio. 

300 jóvenes, aproximadamente, han hecho parte de Barrio Fino. En Bicentenario se han vinculado cerca de 50. 

“Ahora mismo estamos en Bicentena­rio, no de forma física sino en la esencia, pues la participación de los jóvenes, su liderazgo y sus réplicas de buenas accio­nes en la comunidad representan todo lo que somos”, dijo Ariel. “Cuando llegué por primera vez al barrio vi que había mucho talento y algunos estudios en algunas casas. Hoy contamos con jóvenes talentosos que can­tan, componen, y son artistas, como Aldair Santos, Miguel Iriarte y Juan Jiménez. Hay mucho po­tencial en Bicentenario”, expuso. 

Según Valdez, hacer parte de un pro­yecto como este les permite a los partici­pantes alejarse de problemáticas socia­les relacionadas con sus entornos y cen­trarse en el talento que tienen por explo­tar, por los componentes educativos y psicosociales que implementa. 

“La música que hacemos desde Barrio Fino forma esa parte humana de los jó­venes, ¿en qué sentido? En que es baca­no hacer música, pero yo tengo un dicho personal que dice que el arte es más bo­nito cuando educa”, explicó Juan Jimé­nez, artista y miembro del proyecto. 

Un lugar para todos 

Ahora, Ariel, Miguel, Aldair y otros jó­venes del barrio sueñan con tener en Ciudad del Bicentenario un estudio de grabación que cuente con las herra­mientas necesarias que les permita de­sarrollar sus potenciales artísticos. 

Por su trabajo con Barrio Fino, Ariel Valdez fue nombrado Embajador de la Reconciliación del Programa de Alianzas para la Reconciliación, liderado por la USAID y Acdi / Voca (Programa de la alianza para la reconciliación). 

“Si hacemos música que aporte a la sociedad avanzamos como seres humanos, en eso se basa Barrio Fino”. Juan Jiménez, Artista. 

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Soy Bicentenario 2023

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